Nos tenemos que remontar al año 2013 cuando en las vísperas de la fiesta de San Roque, el gamberrismo llegó a nuestra iglesia, con la rotura de la parte superior de la puerta de entrada y el destrozo de unas cuantas tejas, por la cubierta de los soportales y la nave central.
Posteriormente fue el canalón de bajada, al lado derecho de la puerta de entrada, el que fue arrancado y pisoteado y ahora le ha tocado a la bajante de la esquina de la derecha como nos muestra la foto izquierda y detalle del estado en que quedo el canalón en la de la derecha.
De todos es conocido que esto en un pueblo como el nuestro son "habas contadas" y que la mayoría incluidos los padres, conocemos a los autores de dichas fechorias, pero cogerlos con las manos en la masa, para poderlos denunciar, es "harina de otro costal".
Por ello quisiera hacer un llamamiento a esos padres, que conocen las andanzas de sus hijos, para que les digan que nada ganan con dichas gamberradas y que por hacerlas no se sientan más "machotes", si no todo lo contrario, demuestran con ello su falta de cultura y por ende la de sus progenitores que no han sabido inculcarles el respeto por los bienes ajenos y en este caso yo me atrevería a decir que los suyos propios, ya que la iglesia es un bien común.
Esperamos que esta hola de gamberrismo pase a mejor vida y no tengamos que lamentar más destrozos, ya que los mismos nos cuestan dinero y de eso sinceramente no estamos sobrados y por supuesto desearíamos gastarlo en otras cosas que son necesarias y no en canalones destrozados por cuatro niñatos.