Obras de la capilla, sacristía y electricidad, finalizadas

Como ya dijimos en su momento, estas obras, por su importancia para nuestra iglesia, requerían un trato especial y en ello estamos. Esperamos que a través del mismo podamos explicar cada una de las fases que nos llevo al resultado final que todos conocemos.

Antes de comenzar con el desarrollo de las mismas, queremos agradecer todas las colaboraciones tanto económicas, como materiales, pero especialmente a las personas que han puesto la mano de obra y que entendemos no deben quedar en el anonimato y que a continuación relacionamos:

Julián Bandera Fidalgo, Angel Alvarez García, Horacio del Castillo Pahino, Tomás Puerta García, Valentín Domingo Gutiérrez, Orencio Puerta Ordóñez, Juan Luis Santos González y finalmente y ejemplo para todos, el joven de la cuadrilla, 82 años lo contemplan, Horacio López Méndez, que una vez más, celebró su cumpleaños durante la realización de las obras.

Dicho esto, vayamos con los hechos. Todo se desencadenó al querer dejar a la vista la ventana de la capilla casi totalmente tapada por el retablo (foto izquierda), para que la luz llegase a la iglesia (foto derecha). Una cosa nos llevó a la otra y esta a la siguiente y así sucesivamente hasta culminar el día 6 de Enero con la inauguración de las mismas.

Una vez bajado el retablo se barajó la posibilidad de sustituir el piso de madera en mal estado de conservación y en un abrir y cerrar de ojos se desmontó. El primer problema surgió bajo la madera ya que nos encontramos un piso desigual, con huecos de hasta 50 centímetros de profundidad. La solución fue rellenar con piedra, cubrir con un mallazo, ambas cosas donadas por José Antonio Gutiérrez Robles, para posteriormente hormigonar y finalmente rematar con parquet flotante, eliminando el desnivel existente entre la capilla y la nave central de la iglesia. El hormigón y el parquet, fue pagado por la parroquia ( 885 €) y la colocación de este último, realizada de forma gratuita por Angel Alvarez Delgado.


Pero si el piso se mejoraba de esta manera la cúpula y las paredes merecían el mismo trato y aconsejados por los restauradores de las imágenes se acordó pintar la misma en "tierras florentinas", uno de los momentos que recoge la foto de la izquierda. El costo de la pintura ascendió a 750 €, que es el costo de los materiales y la pintura, pagados por nuestra asociación, ya que la mano de obra la donaron Ricardo Díez Amo y su hijo Isidoro Díez García. También se cambió la ventana por una de aluminio, colocando en la misma una verja, como las existentes en el resto de las ventanas, donada por José Antonio Gutiérrez Robles, se modificó el retablo de la Virgen del Camino y se hizo una peana, donada por Angel Alvarez Delgado, para colocar a Santa Barbara.

Para realzar más si cabe la belleza de las imágenes, se instalaron unos proyectores de luz, para iluminar tanto a La Virgen del Camino como a Santa Barbara.

Mientras se realizaban estos trabajos surgió la posibilidad de ejecutar la rehabilitación de la sacristía, obra que teníamos contratada con anterioridad y se dio comienzo a la misma. Los trabajos consistían en la sustitución de la puerta, por una de medidas estándar, colocando los correspondientes cargaderos, eliminar el desnivel con el altar, finalizar el forrado interior de las paredes y colocar el piso en cerámica rustica.

Al picar las paredes para la colocación de los cargaderos y ya que los retablos los teníamos tapados debido al polvo existente, se acordó realizar las rozas para la instalación eléctrica y así subsanar las carencias existentes, sobre todo en cuanto a enchufes. Una vez finalizados estos trabajos y para dejar la instalación según la normativa actual, se contrató la puesta de una toma de tierra y la conexión del cuadro de protecciones con un importe total, incluidos los proyectores de la capilla de 913,49 €, pagados por nuestra asociación.

Los escombros generados, aproximadamente dos tractores, fueron retirados por, José Antonio Gutiérrez Robles.

Por ultimo y quizás una obra que posiblemente haya pasado despacercibida para más de uno fué la sustitución de la cruz de la entrada por otra de forja, donada por José Antonio Gutiérrez Robles, como se muestra la imagen de la derecha.