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miércoles, 9 de enero de 2013

El artesonado, una bonita historia

Como ya comentamos en el artículo de San Roque 2012, las obras del artesonado previstas para el día 20 de dicho mes comenzaron sin contratiempos y sus frutos fueron recogidos aproximadamente cuatro  meses después, ya que la inauguración la realizamos el 16 de Diciembre.
 
Esta bonita historia, que vamos a contar, se comenzó a fraguar el pasado año allá por el mes de febrero, con la realización de la memoria y paso a paso con la insistencia propia de los que nunca se dan por vencidos, llegó a su termino, casi dos años después.

Para no dejar nada en el tintero, la vamos a dividir en tres apartados: agradecimientos, desarrollo de las obras y costo de las mismas.


Agradecimientos: 


Dice el refranero español "de bien nacidos es ser agradecidos" y ciertamente tenemos mucho que agradecer a aquellas personas que confiaron en nosotros y que hicieron posible que el artesonado fuese una realidad.

Al Sr. D. José Manuel Lorenzana Ramos, que nos realizó la memoria del artesonado y posteriormente nos certificó las obras, sin costo alguno.

Al. Sr. D. Juan Carlos del Río Robles, gerente de Maderas del Río, que nos dio todas las facilidades del mundo, para que la madera llegase en tiempo y forma y además pudiéramos acceder a las subvenciones convocadas por la Diputación y Obispado de León.

Al Sr. D. Antonio García de Celis y al Sr. D. Fernando González Alvarez, que nos facilitaron todo el andamiaje necesario para su ejecución.
 
A las instituciones, Diputación y Obispado de León con la concesión de 9.000 € y al Ayuntamiento de Villaquilambre que también nos concedió otros 9.000 €.

A los vecinos y simpatizantes, que pusieron su granito de arena, con sus donativos.

Finalmente a los voluntarios que aproximadamente durante tres meses , día a día, pusieron su trabajo y todo su empeño para realizarlo.

Desarrollo de las obras:

La necesidad surge por la deficiente conservación del techo raso de cañizo, con problemas de grietas y desprendimiento de los barrotillos, en algunas zonas.

Por ello, se gestiona la consecución de los andamios necesarios, que de forma altruista nos facilitaron las personas ya reseñadas, haciendo una plataforma en toda la nave central, para posteriormente comenzar el derribo del techo raso.

Para esta primera fase fuimos 12 voluntarios, pero rápidamente quedamos 11 ya que nada más terminar el derribo, Narciso Valle Ordóñez, no continuo, por lo que hasta el final de las obras quedamos: Julián Bandera Fidalgo, Angel Alvarez García, Horacio del Castillo Pahino, Tomás Puerta García, Valentín Domingo Gutiérrez, Orencio Puerta Ordóñez, Horacio López Méndez, José Antonio Gutiérrez Robles, Balbino García García, Amador Bayón Rodríguez y Juan Luis Santos González .

Amparándonos en la maqueta realizada por Orencio, comenzamos ha pintar las vigas existentes en la iglesia, montar la estructura principal, solventando sobre la marcha los problemas que nos iban surgiendo, como fue la diferencia de ancho entre la parte delantera del arco y la trasera del campanario. Se pintó y se colocó la madera machihembrada, los complementos que adornan el mismo y finalmente se instaló un aislante, para evitar en lo posible el frío. En el presbiterio se procedió de la misma manera, culminando los adornos en la parte superior de la cúpula con el Espíritu Santo, en forma de paloma y en las cuatro esquinas con los símbolos de los Cuatro Evangelistas, el águila San Juan, el toro San Lucas, el león San marcos y el ángel San Mateo.

 












Para completar la obra, se instaló la iluminación y se pintaron las paredes, el pasamanos de la escalera y la balaustrada del coro, con el resultado final que vemos en las distintas fotografías.

Costo:

El costo total de la obra ha ascendido a 20.483,16 €, cuyas partidas más elevadas son: Madera y complementos: 11.371,76 €, Electricidad: 4.675,56 €, Pintura: 1.669,80 € , Varios (material menudo, contenedores, aislante, tornillería, etc.): 2.766,04 €. A este costo habría que añadir el de la paloma del presbiterio donada anonimamente, la pintura de la balaustrada del coro y pasamanos de la escalera donada por Ricardo Díez Amo, el aplique bajo el coro donado por José Antonio Gutiérrez Robles, los carteles en madera donados por Maderas del Río y la luz del Altísimo donada por la parroquia.

 

El artesonado, una bonita historia