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domingo, 5 de abril de 2020

Ciclo Pascual

Jueves Santo

      El aislamiento casero provocado por el coronavirus no nos deja pensar en otras cosas , entre ellas que ya estamos comenzando la Semana Santa, la semana grande de los cristianos y que culmina con el Triduo Pascual.

      Este año nos tendremos que conformar siguiéndolo por la TV y contemplando las procesiones por grabaciones de años anteriores. Esto nos puede ayudar a crear ese ambiente de recogimiento y oración.

      Comenzando por el Jueves Santo voy a intentar ayudar a crear ese sentimiento de penitencia y oración dando unas pinceladas de cómo se celebraba antiguamente este Triduo Pascual en Villasinta.

     El Jueves Santo por la mañana, era día laborable.
·      Al final de la tarde, el toque de campanas convocaba a la misa solemne de La Cena del Señor. En esta misa y día la Iglesia conmemora tres grandes efemérides: la institución de la Eucaristía, el Orden Sacerdotal y el día de La Caridad fraterna.

     -Durante el canto del Gloria  de la misa, los mozos subían al campanario a voltear las campanas y los monaguillos agitaban las campanillas que iban a quedar mudas, en señal de luto, hasta el día de Pascua.

      Finalizada la misa se trasladaba el Santísimo hasta el monumento, preparado con antelación.
       Antiguamente era un montaje hermoso en el presbiterio, con escalinatas para poner la velas que voluntariamente traían los vecinos para iluminar al Santísimo durante todo el día  y noche.     Se conservan algunos restos de él en la sala de la limpieza y otra parte en el trastero de la calefacción.

       Durante todo el día y noche, los vecinos formaban grupos para turnarse cada hora ante el Santísimo.

     A una hora ya nocturna, se celebraban el Oficio de TINIEBLAS, una hora de cánticos de salmos y oraciones, y al no poder tocar las campanas, se convocaba con las carracas, matracas y carracones, manejadas por niños y jóvenes que al terminar el rezo del Oficio de Tinieblas, las hacían resonar dentro de la Iglesia, siendo ese momento un rato de algarada para los jóvenes. Se llama oficio de Tinieblas porque se iban apagando las luces y las velas hasta quedar con unos pocos velones encendidos, casi en la oscuridad.

      La Iglesia permanecía abierta las 24 horas, para que todo aquel que lo desease hiciese una visita al Santísimo. Los turnos de vela se encargaban, aparte de sus oraciones y peticiones, de vigilar y cuidar de las velas encendidas ante el Santísimo.

      En este día, el Sr. Obispo en la catedral, celebra la misa Crismal  en la que se bendicen el Santo Crisma (unción)  y el óleo que son necesarios para recibir los sacramentos del bautismo, confirmación, extremaunción y orden sacerdotal.  
      Cada párroco tenía que recoger en poco de esos óleos para celebrar los sacramentos que hubiese a lo largo del año en su parroquia.
      Se llevaban en unos recipientes más o menos artísticos y lujosos llamados crismeras.